El Museo de la Virgen, instalado en la basílica de Santa María, tiene previsto restaurar en breve el manto morado de la Virgen de la Asunción, el que utiliza la Patrona en las rogativas y la Cuaresma. Es una pieza antigua del siglo XVIII que fue un regalo en 1795 del obispo Antoni Despuig i Dameto, que se trajo de Roma. Hace diez años que ese manto no se le pone a la Mare de Déu, ya que está deteriorado. Con motivo del inicio de la Cuaresma, el Museo de la Virgen cambiará algunas de las piezas de la exposición, como el manto azul que actualmente se puede ver expuesto y que será retirado. En su lugar, lucirá un manto morado más reciente que es el que utiliza la Patrona en este tiempo litúrgico.
El manto morado de 1795, compuesto por varias piezas, según el director del museo, Joan Castaño, "es uno de los que más completo se conserva porque tiene el vestido, la capa, incluso sandalias a juego". Se utilizaba sobre todo cuando la Patrona salía en procesión, "en rogativas para implorar lluvias o cuando había alguna epidemia. Era un manto de penitencia". La pieza es de tisú morado bordado en plata. Precisamente el bordado en plata es la zona peor conservada, "tiene desprendimientos, lleva unas estrellas de plata y los flecos, y después de más de 200 años de uso se ha deteriorado", según Castaño.
El manto será sometido a una restauración por parte del Instituto Valenciano de la Restauración merced al convenio que el museo tiene firmado con esta institución.